A-Rod y Braden hacen historia

BEA/Servicios Combinados

Este domingo, 9 de mayo, miles de kilómetros de distancia, la jornada de Grandes Ligas vivió dos momentos que pasarán a la historia. Uno lo protagonizó un total desconocido, y la otra el más conocido de todos. Como cosa de la vida ambos escenificaron recientemente una disputa verbal.

Dallas Braden, lanzador de los Atléticos de Oakland desapercibido hasta ese día, desafió todos los pronósticos y logró una hazaña ante el equipo más consistente durante esta temporada al lanzar un juego perfecto ante los Rays de Tampa Bay. Mientras que Alex Rodríguez despachó el cuadrangular 586 de su carrera para de esa forma empatar con Frank Robinson en el séptimo lugar de todos los tiempos en las mayores.

Fue el primer juego perfecto de los Atléticos en 42 años y el 19no en la historia de Grandes Ligas al derrotar por 4-0 a los Rays.

Braden comenzó a celebrar después de que Gabe Kapler pegara una roleta al campocorto de Oakland para lograr el último out del partido.

La única vez que los Rays estuvieron cerca de lograr un hit fue cuando Jason Bartlett mandó la bola por la línea de tercera base al comienzo del partido. Evan Longoria también trató de dar un toque ante Braden al comienzo de la quinta, pero esto sólo llevó a que los aficionados lo abuchearan.

"Sin duda es un esfuerzo de equipo", dijo Braden. "Hay ocho tipos persiguiendo la pelota y atrapándola para mí. Así que es nuestro, no sólo es mío, es nuestro".

Fue el primer juego perfecto en Grandes Ligas desde que Mark Buehrle lograra uno para los Medias Blancas, curiosamente también ante los Rays, el 23 de julio pasado.

Por otro lado, A-Rod dipsaró el tercer bambinazo en esta temporada, uno solitario que apenas superó la pared del jardín izquierdo en la cuarta entrada del partido que los Yankees de Nueva York perdieron 9-2 ante a los Medias Rojas de Boston.

Robinson, elegido en 1982 como miembro del Salón de la Fama, jugó para los Rojos de Cincinnati, Orioles de Baltimore, Dodgers de Los Angeles, Angelinos de California e Indios de Cleveland de 1956 a 1976.

Fue el 21er cuadrangular de Rodríguez en el Fenway Park, empatando en este rubro a Jim Thome con la mayor cifra de batazos de cuatro esquinas en este estadio para un jugador en activo que nunca ha pertenecido a los Medias Rojas. Babe Ruth y Mickey Mantle encabezan esta lista con 38 cada uno.

La metamorfosis de Robinson Canó como bateador

Sadiel Lebrón/BEA

El Bronx- El segunda base dominicano Robinson Canó siempre fue catalogado como un bateador extraordinario. Lo demostró en las ligas menores y en el béisbol invernal dominicano.

Pero donde más se ha dado gusto bateando es el “big show”, el béisbol de Grandes Ligas.

Desde que debutó en las mayores en 2005, el fino bateador oriundo de San Pedro de Macorís ha repartido palos por todos los lados del terreno de juego, lo que le ha llevado a conseguir un promedio de .309 de por vida.

Su repunte en 2009 (.320-25-85), tras un año “malo” (.271-14-720) en 2008, y la partida del japonés Hideki Matsui hacia los Angelinos de Los Ángeles, hizo que el dirigente Joe Girardi le encomendara la tarea de ser el quinto en el orden de bateo de los Yankees, algo que el dominicano ha asumido con responsabilidad, más aun cuando los toleteros y corazón ofensivo del equipo Mark Teixeira (.175-2-12) y Alex Rodríguez (.253-2-16), comenzaron sumamente lentos.

“Sé que están pasando por un bache ofensivo, pero cuando ellos comiencen a batear yo voy a tener que seguir produciendo para que los lanzadores les tiren lanzamientos Buenos”, dijo Canó durante una conferencia de prensa que ofrecieron los Yankees este martes en el Yankee Stadium. “También está después de mí Jorge Posada, que es un bateador de respeto”, añadió.

A pesar de ser un bateador de contacto, Canó no se había destacado en el plato con corredores en posición de anotar, algo que le hizo recapacitar y tomar medidas al respecto. Ahora todo ha cambiado. Ha mejorado mucho y el jugador petromacorisano agradeció a su padre y sus compañeros más veteranos por los conejos que le dieron para mejorar.

“Durante el verano hablé con mi papá y él me dijo que le tirara a todos las bolas que iban de strikes. También les pregunté a mis compañeros algunos consejos de cómo mejorar”
El intermedista del equipo neoyorquino indicó que ahora se siente tranquilo porque ya no está en la zozobra de que será cambiado, aunque dijo entender que era parte del negocio.

“Desde que estaba en mi segundo año en las menores, que fue en 2002, venía escuchando rumores de que iba a pasar a otro equipo, que estaba en medio de este cambio, del otro, pero ya no le doy mente a eso y sólo salgo al terreno a hacer mi juego. Le agradezco a los Yankees por darme la oportunidad y confiar en mí”.

Canó es hoy por hoy el jugado más consistente con el madero por los Yankees, lo que le ha valido a tener el mejor inicio de su carrera. Hasta el partido de este martes, que ganaron los Yankees 4-1 sobre los Orioles y en el que bateó de 4-2, Canó presenta un astronómico promedio de bateo de .376 (101-38) con 9 jonrones y 21 remolcadas en 26 cotejos. Además su promedio de embase es de .420 y un promedio de slugging de .723, superando por mucho toleteros como Teixeira, y A-Rod, tercero y cuarto bate, respectivamente, de los Bombarderos de El Bronx.

Los Mets gozan ahora ¿Y después?

Análisis Deportivo/BEA

El primer mes de temporada en las Grandes Ligas siempre termina lleno de sorpresas. Jugadores bateando horrores, lanzadores imbateables y equipos ganando como si no existiera oposición. Todo eso se ve.

Con decir que los Mets de Nueva York, a pesar de los pronósticos, lideraban hasta este domingo, 2 de mayo la División Este de la Liga Nacional. Y no es que el equipo sea malo, pero tampoco es superior al de los Filis, Marlins y Bravos. Pero eso es lo lindo del béisbol.

El equipo de Queens aprovechó una larga estadía de en su feudo del Citi Field para cosechar nueve triunfos en diez juegos y luego inició ganando en la casa de los Filis para sumar nueve ocho triunfos al hilo. La tropa de Jerry Manuel se llevó tres de cuatro partidos ante los Cachorros, luego barrió a los Bravos en tres cotejos e hizo lo mismo con los Dodgers. Esto les dio a los Mets la oportunidad de encaramarse en la cima de su división y, por su puesto aumentar el ego de sus seguidores cuando iniciaron derrotando a los actuales defensores del título del viejo circuito en su propia casa.

Es cierto que Johan Santana (3-2, 4.50), a pesar de que fue explotado en el juego de este domingo por los Filis con 10 carreras limpias en tres y dos tercios de innings, está demostrando que es el as del equipo, que Mike Pelfrey (4-1, 2.40) está lanzando como el mejor serpentinero de las mayores y el joven John Niese (1-1, 3.10) está demostrando su valor. También que los batazos están saliendo cuando tienen que salir y que el novato Ike Davis (.306, 6 impulsadas) fue, coincidencialmente, la inspiración para la buena racha desde que fue llamado de Triple A.

Pero ojo. Apenas la temporada entra a su segundo mes y es muy temprano para decir que este actual equipo de los Mets tiene los elementos necesarios para competir con unos Filis armados hasta los dientes y con un as de rotación como los Roy Halladay. Tampoco hay que olvidar que, a pesar de que pasaron por un bache de nueve reveses seguidos, los Bravos siguen siendo contendores al igual que los Marlins, y que los Nacionales ya no son el equipo de los años anteriores.

De igual forma, no han demostrado mucho ante equipos de primer nivel como los Cardenales y Rockies, y tienen marca negativa en la ruta (3-6) –hasta el domingo 2-, algo primordial para prevalecer.

Yo dije desde antes de iniciar la campaña, y lo retengo, que los Mets terminan en cuarta posición. Ese es mi parecer. Tal vez muchos de mis lectores no estén de acuerdo, pero así es que veo la situación de un equipo donde los mejores bateadores hasta ahora son el receptor Rod Barajas (.246-6-12) y David Wright (.277-5-19).

Ahora, una cosa sí digo, tienen, sino el mejor, uno de los mejores relevos de todo las mayores y eso hay que anotárselo a Omar Minaya.

Vuelvo y repito, todavía es muy temprano para dar un vaticinio.